Hoy os traigo un artículo bien diferente a lo que viene siendo habitual desde el nacimiento de naturalezayviajes.com. Os hablo de una de las tradiciones más populares que tiene lugar en el Condado de Huelva y en otras muchas comarcas de España, la vendimia.
Desde muy pequeño la vendimia y otras labores agrícolas relacionadas con el cultivo de la vid han formado parte de mi vida. Por aquel entonces los niños del pueblo ayudábamos a nuestros padres en los trabajos del campo quitando hierbas, labrando las tierras, vendimiando, quemando el sarmiento para hacer carbón (cisco, como es llamado en la comarca) para calentarnos en casa con la llegada del frío… aunque he de reconocer que en cuanto podía huía de los tajos del trabajo en busca de algún nido en el arroyo (mi pasión, la cabeza siempre llena de pájaros, como hoy).
Con estos cimientos agrícolas tan bien asentados en mi infancia, resulta imposible que cada año, llegado el mes de septiembre, no se genere en mis entrañas el recuerdo de aquellas mañanas en las que mi padre asomaba a la puerta de mi habitación y me decía: “¡Antonio, son las cinco y media de la mañana. Vamos a vendimiar!”. Y así era como me aventuraba cada mañana en mi particular vendimia en el Condado de Huelva.
Recogida de ilusiones durante la vendimia en el Condado de Huelva
La recogida de la uva suponía para mí y nuestra familia, recogida de ilusiones. Todo aquello viene a mi memoria sin nostalgia, siempre con alegría, como creo que debe ser, porque uno es todo lo que ha vivido.
Aunque hoy en día la superficie de viñedos es mucho más reducida que antaño y el proceso de producción es más sofisticado, las mañanas del mes de septiembre en mi pueblo siguen emocionándome. Un universo de sonidos, colores y olores continúan inundando el ambiente de las calles y el campo antes del amanecer: el murmullo de las cuadrillas de vendimiadores en los puntos de encuentro, las voces desde tierras lejanas que se mezclaban con las del lugar, los aromas del vino y del mosto por las calles, el sonido de los cascos y cascabeles de las mulas tirando de los carros, el runrún de los tractores, el sonido del afilado de navajas dispuestas a sacar el manjar de la vid… despiertan el lado más romántico y nostálgico de la vendimia en el Condado de Huelva
Mañanas de intensa niebla
Me emociona recordar aquellas mañanas de intensa niebla en las que los vendimiadores a pie de cepa se preparaban para tomar contacto con esos racimos rebosantes de uvas. Me gustaba especialmente, con los primeros rayos de luz y envuelto en un mar de silencio, oír el corte del racimo y el crujir del sarmiento y las hojas de la cepa producido por el roce del vendimiador buscando el milagro.
Veinte años después quise revivir esos momentos entrañables de mi vida y de la mano de mi padre y un buen amigo choquero (como se nos llama cariñosamente a los onubenses por eso de comer muchos chocos), sustituyendo para la ocasión la navaja de corte por la cámara de fotos, nos acercamos a los campos del pueblo para sumergirnos en la vendimia de Rociana del Condado.
Agradecimientos
A Manolo, de Bodegas Contreras Ruiz, por su amistad durante tantos años, y por permitirnos inmortalizar el momento de la vendimia en sus tierras. También por regalarme a mí y a mi padre un buen ratejo hablando del pueblo y sus costumbres al tiempo de tomar unas copas de Édalo, uno de sus mejores caldos. Igualmente a la cuadrilla de vendimiadores, por su buena disposición a colaborar durante el reportaje fotográfico.
También quiero agradecer a Ceferino, Secretario de la Cooperativa Vitivinícola Ntra. Sra. del Socorro, por permitirnos fotografiar la bodega y por hacernos recordar momentos entrañables de nuestra infancia y adolescencia por la amistad que le une a mi padre mientras probábamos unas copas de Viñagamo.
No, no salimos como una cuba, adelanto la respuesta a los más curiosos. Bueno… algo sí, para qué negarlo.
Espero que os haya gustado esta pequeña parte del trabajo fotográfico sobre la vendimia en el Condado de Huleva, aunque más concretamente en Rociana del Condado. Os dejo con 20 imágenes tomadas el mismo día de la vendimia.
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Yo no tengo el placer de conocer la vendimia, ni como jornada lúdica ni como trabajo (que ahí ya de placer poco). Me gusta haber podido conocerla un poco más de cerca gracias a tu post 🙂 Y de las fotos, me repetiré hasta la saciedad, geniales!
Un abrazote 😀
Hola Arancha.
¡Pues quedas invitada para el próximo año a conocerla en primera persona! ¡Me alegra que te gusten las fotos!
Un abrazo.
Mi enhorabuena por las fotos que habéis hecho y por cómo habéis expresado cómo es la vendimia del pueblo.
Si es posible, me gustaría que me pasaras todas las fotos de ese día para tenerlas de recuerdo.
contrerascano_af[at]hotmail.com
Un saludo
Hola Antonio.
Me alegra ver asomar por aquí. Cuenta con ellas. Te las mando por mail o wetransfer.
Un abrazo.
Antonio sinceramente, deja la biología y ponte con la fotografía profesional, eres un crack, de verdad.
Un abrazo de LoBo BoBo
Querido Paco.
¡Menudo piropo! ¡Gracias! Mi pasión es la biología de la conservación y me gusta entregar mi vida y quiero luchar día a día para que mis hijos, los tuyos y los de todos puedan ver los tesoros naturales que sus padres conocieron, que han heredado y que deben proteger.
Un abrazo enorme.
Me ha gustado mucho, Antonio, tanto la parte fotográfica como todo lo que cuentas.
Un abrazo!
Gracias Otra Mirada. me alegra que te gustase el artículo de la vendimia de mi tierra y las fotos.
Un abrazo.
Preciosas imágenes! Un saludo
Carmen
Gracias Carmen O.
Un abrazo.
Preciosas fotos y el slider me ha encantado!!! que viveza!!! Saludos Antonio
Gracias Verónica.
Me alegra que te gustasen las fotos.
Un abrazo enorme.
Yo también he estado unida desde niña al cultivo de la tierra, aunque no de uvas, pero la recogida de la cosecha, sea cual sea el fruto siempre es época de mucho trabajo y satisfacción. Preciosa entrada Antonio, enhorabuena, las fotos transmiten la dureza del trabajo y los increíbles colores que nos regalan nuestros campos. Un beso.
Hola Caliope.
Me alegra enormemente que te haya gustado el artículo de la vendimia. Llevaba tiempo rondando en mi cabeza hacerlo, varios años, y al fin me animé el otro día. Otro reto más… superado!!
Un abrazo enorme.
Ay Antonio, me has tocado la fibra sensible. Actualmente en mi pueblo ya no queda viña, pero yo también tengo muy presente cuando desde bien pequeñita ayudaba a la familia a vendimiar. Durante la cosecha, que coincidía con la recolección de la avellana, el pueblo quedaba desierto. Todo el mundo, grandes y chicos íbamos al campo, así gané mis primeros duros. Tengo muy presentes los olores, los sabores, las manos pegajosas, la gente que cantaba todo el día… una época de la que aprendí mucho.
Las fotografías son una maravilla, preciosas. Qué reportaje te ha quedado! Muchas felicidades.
Hola M. Teresa.
Por aquí abajo también todo es bien diferente, las calles y las bodegas estaban muy ambientadas todo el mes de la vendimia. Hoy ha bajado el ritmo. La agricultura está pasando a ser de regadio y los cambios de usos por tanto, han ido desplazándola. Afortunadamente el pueblo sigue teniendo un buen puñado de hectáreas dedicadas al cultivo de la vid. Ojalá se mantenga por muchos años.
Me alegra que te haya gustado el reportaje.
Un abrazo enorme.
Es la hora de recoger el fruto de todo el trabajo de un año, todas las ilusiones y esfuerzos concentrados en unos dias. Nosotros hemos participado, en plan jornada lúdica, así que podemos decir que es divertido desde ese punto de vista. La realidad es que resulta un trabajo bien duro. Muy chulas las imagenes.
Saludos!
Hola guisantes.
La verdad es que es muy duro todo el trabajo relacionado con la vid: las podas, la labranza de las tierras… Creo que es uno de los trabajos agrícolas más duros que existen en nuestra tierra, pero ya sabes, tiene ese lado de romanticismo que nos gusta a muchos.
Un abrazo.