India es uno de los países que más impactan al viajero, para bien o para mal, hay opiniones para todos los gustos. Mientras que para unos es el país que más inspira o el más exótico y espiritual del planeta, para otros es el más deprimente. Lo que sí es cierto es que un viaje a India consigue que te atrape o que la odies, que te emocione o incomode, pero nunca te deja indiferente. A muchos incluso le ha supuesto cambiar la vida.
Aun habiéndose limitado mi viaje a conocer dos de los mejores parques nacionales de la India, las largas horas de desplazamiento para llegar a ellos, algunos momentos dentro y fuera de los mismos, y sobre todo, la experiencia vivida durante las veinticuatro horas en Katni y en el tren nocturno que nos acercaría hasta Agra para ver el Taj Mahal, ha supuesto que India sea uno de los países que más me han impresionado.
Nada más abandonar el Parque Nacional de Bandhavgarh me di cuenta que a partir de ahora todo sería bien distinto. Las imágenes que iban sucediéndose a lo largo del desplazamiento hasta Katni lo corroboraron. Si hubiese viajado sólo, tengo el convencimiento que el recorrido de cuatro horas lo hubiese hecho en cuatro días. Todo tenía una foto. Las miradas de sus habitantes, las pieles curtidas, las mujeres transportando leña sobre su cabeza, sus coloridos vestidos, vacas sobre el asfalto, carros tirados por búfalos, paisajes infinitos…
Sentí la verdadera India a medida que iba acercándome hasta Katni y en especial a su estación de tren. Las calles van llenándose de gente, colores, olores, ruidos y pitidos de coches… y de miseria.
Las múltiples escenas de la estación de tren de Katni me dejaron hipnotizado. Es la más inhóspita de todas las estaciones que he pisado. Cientos y cientos de personas comiendo, durmiendo o simplemente descansando en el suelo bajo la suciedad e insoportable olor a pis y boñiga.
Como anunciaron varias horas de retraso de nuestro tren tuve claro que saldría a callejear con parsimonia la ensordecedora Katni en busca de la realidad india. Fue mi mejor elección. Fue extraordinario y asombroso ver todo lo que ocurría en la avenida de la estación (Station Rd), donde todo se magnifica y se eleva a la enésima potencia. Rickshaws, motos, coches, pitidos, vacas… Quieres mirar a todas partes y no perder ni un sólo detalle. En este video puedes ver algunas imágenes grabadas en Katni.
Inmerso en el caos, todo me resultó extraordinariamente excitante y difícil de entender. Junto a los muros y paredes, centenares de hombres y mujeres ven pasar la vida mientras intentan vender una ramita de alguna planta aromática, unas piezas de fruta, un puñado de especias… todos descansan junto a donde se deposita el pis que chorrea por las paredes de las casas y donde las vacas depositan sus boñigas.
Me alejé de Station Rd. con ansia y deseo vehemente de encontrar un poco de silencio. Unos amables hombres y mujeres con hermosos saris nos regalaron un festival de colores y sonrisas. Nos animaron a fotografiarles y estrecharles nuestras manos. Los niños se acercaron y mostraron su más humilde sonrisa. El olor a pis seguía envolviéndonos.
Aproveché el regreso a la estación de tren para seguir explorando el lugar e intentar darle una explicación a tan increíble espectáculo en el que me encontraba inmerso.
De nuevo en la estación de tren, no pude evitar la conmoción. Todo igual que horas atrás. Allí seguían, en paz, con la mirada perdida, tumbados, sentados, dejando pasar el tiempo.
Cansados, pero anhelando descubrir nuevas experiencias en la India, subimos al tren nocturno. Nos enfrentaríamos a un largo viaje hasta Agra, donde descansaríamos durante un par de horas en el hotel que nos había reservado wildlifewithfriends.com antes de visitar el Taj Mahal.
La noche avanza, el sueño aprieta, y las sensaciones de toda una tarde en Katni son difíciles de olvidar. El ronroneo del tren, el desaliento y la intensidad con la que viví el día no me permitió dormir demasiado bien en aquella estrecha pero cómoda cama del tren. Fue una noche de cortos e interrumpidos sueños. Despertaba con relativa frecuencia. Durante las quince horas de trayecto, no pude dejar de pensar en todo aquello que había vivido en primera persona. Fue sin duda, una de las noches más largas de mi vida.
No cabe duda que la India es uno de los mejores escenarios fotográficos que existen. Cada rincón, cada personaje, cada color se merecen una foto. Pero lo que realmente deja huella es todo ese cúmulo de sensaciones y emociones que uno experimenta, muchas veces nada gratas, pero que contribuyen a que India sea un país fascinante. Unas fotos preciosas, gracias por transportarnos otra vez allí. Nosotros estamos deseando volver otra vez.
Gracias Siuler.
No puedo estar más de acuerdo contigo. India atrapa, y por ello, sueño con volver pronto, así que avísame si regresáis y os acompaño, jejejeje…
Un abrazo enorme.
Impresionante, Antonio. Me han encantado todas y cada una de las fotos! Espectacular.
Gracias María.
Me alegra mucho que te gusten las fotos.
Un abrazo.
Un viaje que como dice Verónica, hay que estar preparada.Tiene que ser muy impactante todo lo que encuentras allí, tan diferente a nuestra forma de vida. Tus fotografías lo expresan perfectamente. Como siempre, te felicito.
Un abrazo!
Hola Otra mirada.
Es muy impactante todo lo que se ve en la India, y eso que creo que vimos cosas de la más "light". El sur seguro que impacta más al viajero. me alegra que te gusten las fotos.
Un abrazo.
Yo, la verdad, no creo que esté preparada todavía para viajar a la India, pero leo los relatos de los que habéis estado allí y, sobre todo, esas fotos de los templos y me encantaría poder ir algún día.
Haces bien, Verónica, no ir si no estás preparada, aunque es cierto que hay muchos tipos de viaje a la India. India tiene muchísmos atractivos que visitar, y seguro que tú encuentras los tuyos.
Un abrazo.
Sí señor, tú lo has dicho: Todo tiene una foto. Y las que nos enseñas son espectaculares.
Las estaciones de tren ya son, de por sí, bastantes caóticas, con tu descripción me imagino perfectamente la de Katni.
Un abrazo
Hola M. Teresa.
Me alegra que te gusten las fotos de Katni. No puedes hacerte una idea el caos de la estación de Katni, aunque más bien el caos existente dentro de la ciudad, sobre todo en la avenida principal, la que conduce a la estación. Es muy impactante.
Un abrazo.
Un relato fantástico y unas fotos preciosas. Como te dicen por ahí, nos tienes acostumbrados a ello. Eres un gran viajero y un gran comunicador.
Un abrazo,
Es un placer leer siempre tus comentarios, aunque a veces te cuelas un pelí 😉 Me pones la cara colorada.
Un abrazo enorme.
Gran relato, Antonio. Lo de las fotos ya ni lo comento, porque nos tienes ya acostumbrados a la excelencia jeje. Un abrazo desde un lugar que no huele a pis!
Me alegra leer tus palabras, gran Pruden.
No me digas tantas veces lo de la excelencia, buen hombre, que me pones la cara colorada…
¡Un abrazote enorme, gran Pruden!
Comparto todo lo que dices,Antonio. Realmente India es todo un espectáculo,difícil de digerir desde nuestro punto de vista occidental.
Al igual que tú,mi viaje se centró en los parques naturales pero al final resulta imposible evadirse del cúmulo de estímulos sensoriales que invaden tu vista,tus oídos,tu gusto,tu olfato y que penetran hasta lo más profundo de tu ser.
Yo,desde luego, pienso volver….
Abrazos!!
Hola Aitor.
Como dices, es imposible evadirse del cúmulo de estímulos sensoriales. A quién deja indiferente la India? Seguro que a nadie. A todos nos impacta muchísimo.
Cuando vuelvas me avisas que me largo contigo. 😉
¡Abrazos!
Espectacular Antonio. El colorido y esas miradas me han impactado sin haber pisado la India. Muchas gracias!!! 🙂
Gracias a tí, Fran. Sin duda, India es de los países que más impactan al viajero, y que, como dije al principo del post, para bien o para mal, nunca deja a nadie indiferente.
Un abrazote.